hacer algo con las manos

Espíritu de la gran vaca que vive enterrada en la plenitud de la llanura de la luna y en el campo oscuro y verde de lo eterno donde su manto de bella piel se extiende invisible, en la loma besada por el último turquesa, alma animal que vives en estos montes y que empapas con tu dulzor profundo este mundo en silencio, capas innúmeras de vidas mansas forman tu cuerpo inmenso, tu osamenta tendida en el horizonte ha formado las piedras y la arena, tus vértebras son leche de las estrellas tu aire es el pulmón de amor que aquí exhaló y aquí es para siempre, el viento entre los pinos, tu médula fiel y buena profundamente llueve en el humus oscuro, que agarran mis manos cuando despedazo y sepulto a mis muertos; tu ojo es el arco ciliar enorme del cielo poblado de copas oscuras mecidas en el tiempo es el ojo que al anochecer se fija en lucero y contempla mi paso de sacerdote secreto. Espíritu animal que muges tu eterno consentir y tu amor reco

Una de las claves que más nos sirve para interpretar el momento que vivimos es la inmensa decadencia y crisis de los sistemas representativos y de decisión colectiva que sufrimos, sin ninguna evolución ni avance hasta la fecha. Desgraciadamente todos los movimientos políticos están inmersos en la misma decadencia que no es moral únicamente, sino sobre todo, funcional. No solamente hay una generación anciana que se niega a dejar sitio a la siguiente, más activa, y aplastada por el poder fosilizado e inamovible de la vieja casta, sino sobre todo, y más temible, hay una obsolescencia total del sistema de decisiones, de representación colectiva, y de acción grupal, que se sigue rigiendo por valores del siglo XVII y XVIII y que se niega a evolucionar con la sociedad del siglo XXI. Mucho me temo que el asamblearismo y el comunismo no son recetas válidas para avanzar, sino para retroceder. Todavía no ha habido una agrupación política capaz de generar un nuevo sistema de acción y represe