INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y REVERSIÓN COMUNICATIVA




En los estudios de comunicación sabemos que hay una ley de los medios denominada Ley de Reversión, que establece que todo medio o herramienta humana, usando de manera extrema, produce el efecto contrario al deseado, colapsando él mismo el sistema para el que se creó. Esta ley, originariamente ideada por Marshall McLuhan, es visible en cosas tan simples como un embotellamiento automovilístico: cuando usamos el coche masivamente, y provocamos un atasco, el coche, en lugar de ayudarnos a trasladarnos, nos aprisiona en el centro de un caos, impidiendo que podamos siquiera caminar: el medio se convierte en un impedimento para el desarrollo que se quería producir con él.

La reversión, en tecnologías y en medios, y también en todos los sistemas para estimular nuestros sentidos, explica por qué cuando aumentamos el uso de alguna herramienta o dispositivo más allá de cierto límite, se nos produce el efecto inverso al deseado: así, la hipertestesia -exceso de estimulación sensorial- termina produciendo anestesia -ausencia de sensaciones-, exactamente como ocurre cuando echamos tanta sal en nuestras comidas que todo nos termina sabiendo insípido, o cuando aumentamos el volumen de nuestros auriculares con tanta frecuencia que terminamos generando sordera.

La reversión es una forma extrema de atrofia comunicacional. Cuando usamos un medio o una extensión para nuestros sentidos o nuestro cuerpo, pero también para nuestra inteligencia, podemos terminar anulando otros sentidos, o bien acabando con la capacidad inicial que queríamos potenciar. Un tipo específico de atrofia reversiva es el caso de las personas que por exceso de uso del automóvil generan obesidad, o pierden capacidad de caminar, o las que al recurrir constantemente a los juegos online desarrollan una adicción incapacitante que les impide salir a disfrutar del mundo exterior.

Estas reversiones no son nada, comparado al efecto reversivo que adivinamos, los docentes, que va a llegar con el recurso masivo e indiscriminado a la Inteligencia Artificial. 

Se ha estudiado la IA desde el punto de vista de su incapacidad para generar innovaciones  o sobre su peligroso uso para fines malévolos. Pero ahora, a menos de dos años de su uso generalizado, los docentes y maestros estamos comprobando el deterioro previsible generado por la IA en la inteligencia humana, que es mucho más definitivo, porque afecta a nuestra capacidad de generar y desarrollar la inteligencia individual.

Como sabemos, la inteligencia humana, además de ser generativa, es evolutiva. Esto quiere decir que su fin es crear e innovar. Pero además, la inteligencia humana es un músculo: crece o se atrofia según es utilizada y ejercitada. Se ha comprobado en múltiples estudios médicos que para impedir el deterioro cognitivo la gimnasia mental es clave. Ello es así porque no nacemos con una inteligencia estática ni es un órgano o facultad de dotación constante. La inteligencia, según diversas opiniones, es complementaria a la creatividad, y por tanto, experimenta transformaciones, ampliaciones y saltos cualitativos mediante las invenciones y las ideas. Cultivar la atención, la incubación y la reflexión es clave para que el progreso intelectual sostenga nuestra capacidad de pensar, comprender y solucionar asuntos. 

Las personas creativas suelen desarrollar la inteligencia a partir de sus capacidades intuitivas, y todo el proceso de pensar se basa en operaciones generadoras e inventivas, aunque en muchas situaciones su finalidad no sea la de crear, sino la de comprender.

Pues bien, los docentes y maestros de nuestros días vienen señalando que los estudiantes de todos los niveles educativos desde la Secundaria en adelante, recurren a la IA para sustituir su actividad de idear, resumir, concluir o reflexionar sobre los temas que deben aprender.

Por ejemplo, los estudiantes de Grado universitario configuran sus trabajos de curso, o de Fin de Grado, pidiéndole a ChatGPT o a otra inteligencia industrial similar que les sugiera un tema de análisis, un enfoque original o una idea novedosa en el campo en el que deben trabajar. 

En otros casos se pide a la IA que gratuitamente genere un resumen de un libro extenso, de una teoría compleja o de un conjunto de aportaciones de autores. El alumno o alumna no lee directamente ninguna fuente, sino que accede a la información mediatizada por la IA.

Tampoco el estudiante redacta por sí mismo, ni traduce, ni concluye puntos centrales de su trabajo. Todas estas operaciones son realizadas hoy en día, en múltiples circunstancias, por los sistemas online.  Estos están copando la capacidad de procesar, sintetizar y organizar la información, en el lugar de nuestros cerebros.

De esta situación se obtienen dos consecuencias graves: la primera es una reversión por suplantación y atrofia de la inteligencia humana individual, a manos de las Inteligencias Artificiales. Los estudiantes por primera vez en la historia de la especie humana tienen a su libre disposición un sistema que piensa por ellos. La consecuencia es que ellos, lógicamente, no piensan. Contando con un medio extensor como son las IA, los miles de cerebros de los estudiantes se abstienen de leer, de resumir, de idear, de concluír ideas.

Este fenómeno masivo va a generar atrofias graves de las capacidades intelectuales,  afectando a los jóvenes en edad de desarrollo intelectual. Como si hubiéramos colocado un automóvil para sus desplazamientos ubícuos, de modo que dejan de usar las piernas, el uso de la IA atrofia y deja sin uso la capacidad de atención, análisis, síntesis y creación en millares y millares de estudiantes. A mi juicio el daño más grave reside en la suplantación de la ideacion personal, es decir de la imaginación creadora de ideas o enfoques.

La segunda consecuencia nefasta de la IA es la reversión por saturación. Cuando hoy en día abrimos Google o consultamos a cualquier otro buscador de la red, nos torpedean con entradas generadas por IA que literalmente opacan la capacidad de encontrar fuentes diversificadas de la información.  

El atasco intelectual generado en la red por la IA se manifiesta en la imposibilidad de encontrar una entrada en Google o en Edge que no sea un texto de IA publicitario, de conocimiento prefabricado estándard, y orientado evidentemente a satisfacer un tipo de acceso intelectual. Como explica muy bien Freya Holmer en su canal, la red se está opacando con basura de IA que no solamente nos impide pensar por nuestra cuenta, sino que conduce el pensamiento a mundos comerciales superficiales y vanos. Como es generalizado su uso, ya no se puede acceder, como web independiente, más que a la legendaria Wikipedia.

Si nada lo remedia, podemos encontrarnos con el mundo distópico de 2001 Una Odisea en el Espacio, película que ya hace casi un siglo imaginó los peligros de sustituir nuestra capacidad de pensar, y nuestra musculación intelectual, por una prótesis inerte.





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