Juego de Opuestos
La estructura crucial de nuestra existencia parece encadenada a un constante ir y venir entre dos elementos opuestos: vida y muerte, placer y dolor, calor y frío, posesion y deseo, salud y enfermedad. En un nivel básico de existencia, verse atenazado por el irremediable vaivén de los opuestos significa anularse en ellos como en el entrechocarse de las rocas. Nada hay más vacío que perseguir sin fin el polo positivo de estos pares, y el sabor a nihilismo recubre todas las luchas humanas por nuestros deseos y anhelos.
Hay sin embargo un nivel de existencia libre donde es posible trascender los opuestos. Las filosofías y sabidurias de los pueblos antiguos concibieron ya el armónico juego de los opuestos como modo de subir de la caverna esclava de la irrealidad y llegar a la libertad vital que nos hace felices. Los fragmentos de Heraclito y las ruedas del yingyang nos demuestran cómo podemos vincular dos polos de experiencia fundiendolos para que se potencien. La mecánica de muchas artes y saberes se basa en aunar opuestos a modo de palancas para
acelerar y desencadenar el fluir libre de la energia raiz de la vida mas sencilla
.
El yoga, la filosofía socråtica, los estudios sobre creatividad, el pensamiento estoico o el hegeliano, casi todas las aportaciones al progreso humano han venido a descubrir la llave del juego de polos opuestos para liberarnos de ellos y avanzar libremente. El ascetismo de todas las misticas, y hasta el rigor de ciertas guerras y violencias, tienen como sentido último la trascendencia de una vida esclavizada por su propio pulso y perdida en sus efectos sobre nuestro corazón y nuestro cuerpo.
Hay todavia más detrás de la superacion del polo al que tendemos. Cuando conseguimos no ya jugar con los opuestos polares, sino liberarnos de su nivel de acción vital, ascendiendo sobre ellos, llegamos a un nivel superior de disfrute y experiencia humana.
Asi lo ilustran las pirámides y triángulos y los símbolos de ascenso que encontramos en muchas culturas refinadas. Es posible hallar bajo un polo no ya su opuesto enriquecedor, sino el absoluto no polar, aquella dimension donde cuanto nos impulsa está completamente desarrollado y consumado sin fin.
No es ya el mismo juego de opuestos que genera la belleza y armonía del universo, sino algo mejor. Es un desvío más allá de la tensión hacia el ascenso. Un nivel mas completo de realidad donde están consumadas las aspiraciones e ideales, pero no las creadas por nuestros corazones sino las halladas y compartidas por nuestro espíritu. El lugar donde mas allá de inspirar y expirar podemos vivir del aire que retenemos, de la detencion oxigenada que es el verdadero pulmón del universo.
Hay sin embargo un nivel de existencia libre donde es posible trascender los opuestos. Las filosofías y sabidurias de los pueblos antiguos concibieron ya el armónico juego de los opuestos como modo de subir de la caverna esclava de la irrealidad y llegar a la libertad vital que nos hace felices. Los fragmentos de Heraclito y las ruedas del yingyang nos demuestran cómo podemos vincular dos polos de experiencia fundiendolos para que se potencien. La mecánica de muchas artes y saberes se basa en aunar opuestos a modo de palancas para
acelerar y desencadenar el fluir libre de la energia raiz de la vida mas sencilla
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El yoga, la filosofía socråtica, los estudios sobre creatividad, el pensamiento estoico o el hegeliano, casi todas las aportaciones al progreso humano han venido a descubrir la llave del juego de polos opuestos para liberarnos de ellos y avanzar libremente. El ascetismo de todas las misticas, y hasta el rigor de ciertas guerras y violencias, tienen como sentido último la trascendencia de una vida esclavizada por su propio pulso y perdida en sus efectos sobre nuestro corazón y nuestro cuerpo.
Hay todavia más detrás de la superacion del polo al que tendemos. Cuando conseguimos no ya jugar con los opuestos polares, sino liberarnos de su nivel de acción vital, ascendiendo sobre ellos, llegamos a un nivel superior de disfrute y experiencia humana.
Asi lo ilustran las pirámides y triángulos y los símbolos de ascenso que encontramos en muchas culturas refinadas. Es posible hallar bajo un polo no ya su opuesto enriquecedor, sino el absoluto no polar, aquella dimension donde cuanto nos impulsa está completamente desarrollado y consumado sin fin.
No es ya el mismo juego de opuestos que genera la belleza y armonía del universo, sino algo mejor. Es un desvío más allá de la tensión hacia el ascenso. Un nivel mas completo de realidad donde están consumadas las aspiraciones e ideales, pero no las creadas por nuestros corazones sino las halladas y compartidas por nuestro espíritu. El lugar donde mas allá de inspirar y expirar podemos vivir del aire que retenemos, de la detencion oxigenada que es el verdadero pulmón del universo.
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