En Memoria de ANTONIO MAURO VICO PUERTAS

A los cuarenta y pocos años ha muerto por sorpresa mi primo hermano Antonio  Vico,  dejando dos niños y a su mujer Elena  y a sus padres y hermano sumidos  en una inmensa  y dolorosa perplejidad. No podemos creerlo porque Antonio era la ternura  y la energía bondadosa en persona.  Un ser bellísimo por fuera y por dentro.  Una buenísima persona a la que no pensamos  jamás tener que llorar en la muerte.  

El golpe ha sido brutal para todos los que le conocieron porque hay algo indignante  y vil en dejar de ver a alguien como Antonio, que hacía  la vida más hermosa  para todos. 

No es necesario conocer en detalle su historia y su vida para sentir la bondad que este chico emanaba. El alma de una persona es más que su historia .  Se siente en cada gesto,  en cada hecho aislado. Su vida ha sido ejemplar,  estuvo rodeado de amor y cariño  de su madre,  de su mujer,  de sus hijos y todos los amigos y familia.  Antonio era una riqueza para todos y en él  todos pudimos sentir la bondad de la existencia hecha un ser concreto,  una vida que crecía y se hacía plena. 

Cuando la muerte recorta temible la figura de la vida y señala con su incomprensible azar a una persona, se proyecta de repente la fuerza y el alma de ese alguien con un valor y forma nuevas. A veces esa forma es menos de lo que quien muere parecería que era.  Y a veces quien muere experimenta un inmenso poder en nuestra alma.  

Es lo que nos ha ocurrido con Antonio.  Su peso es inmenso. Su luz ha crecido enorme cuando ya no lo tenemos. Este niño que siempre fue lindísimo  ha sido un hombre fabuloso,  bueno.  Y nada más hay que ser en la vida.

Quiero usar mis palabras para que se recuerde a Antonio Vico Puertas  como un ser bondadoso,  de vida perfecta,  que nos dejó  su simpatía y su sonrisa a todos y por cuyo corazón precioso hemos llorado todos.  
Cuando alguien se aleja es posible ver su tamaño en detalle, y Antonio en esta terrible distancia no deja de crecer  para nosotros.  Una persona pura, simpática y bondadosa es lo que sigue y sigue viviendo de él. No podemos  creer que haya muerto porque su bondad surge aquí viva. 

 No hay nada como ser, y seguir siendo,  por haber sido importante en los corazones humanos.   Para eso nacemos  y vivimos,  para dejar en los demás esa huella de bondad.  Nada más memorable que esto. Estoy muy orgullosa de formar parte de su familia. De este Antonio Vico de dulce bondad bellísima. 

In memoriam

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Por favor ¿Puedes decirme si de niño vivió en la calle Gutenberg? Si fue así, yo le cuidé cuando tenían menos de dos años. Era un niño muy lindo y muy tranquilo como también lo era su hermano mayor

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    Respuestas
    1. Si si. Vivían en gutemberg cuando eran pequeñitos y luego se fueron a la calle cavanilles.
      Era una preciosidad y sobre todo muy muy buena persona

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  3. Hola, lo siento mucho, fui compañero y buen amigo del Colegio, allá por segundo-tercero de BUP. Luego perdimos el contacto hasta que hace unos años contactamos de nuevo y me contó cómo le iba la vida. Me enteré hace unos días por otro compañero del colegio y me apenó bastante. Un abrazo para la familia, si hubiera un funeral agradecería me lo comentaras, aunque ya ha pasado tiempo del fallecimiento.

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  4. Ya se hizo en octubre el funeral. Les transmito tu afecto en cuanto los vea.

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