Educación para una sociedad violenta
Estos dias se movilizan estudiantes y profesores en defensa de la educación pública. Por una curiosa coincidencia los mismos dias se ha celebrado el dia de la mujer trabajadora, y hemos visto una respuesta importante de los jóvenes en este asunto también. No es una casualidad, porque ambas cosas están profundamente unidas.
Viviendo como vivimos una época de comodidad y desarrollo, en la que existe riqueza social, aunque no repartida y no distribuida desde luego , estamos sin embargo en una crisis profunda de la educación. Y la trágica prueba de ello es que las cifras de violencia de género no paran de crecer. Pero no solamente la violencia de género sorprende por su extensión . También crece la violencia estructural entre clases sociales con la desigualdad inmensa que se dispara, crece la violencia o maltrato entre los niños y adolescentes, y no baja la crueldad contra los animales.
Todas estas formas de violencia están hablando de una profunda crisis educativa. Hay un nexo entre el desastre educativo en nuestro país y el clima de corrupción, desigualdad, agresión social y falta de empatia, que crece sin cesar.
Lo único que sirve al ser humano para elevarse de su propia demencia y para reconducir su espiritu despiadado es la educación. Cuando un sistema educativo funciona, el ser humano se amolda a la dulzura y busca su paz interior. La educación auténtica, no la simple apariencia de una disciplina seca e inútil, sino la imparticion profunda del sentido de la existencia, reconduce a los humanos hacia su perdido centro y los vuelve conscientes de su papel en el mundo.
Cuando se pastorea al alma con esa educación auténtica que nos pone en unión con lo que amamos, nos enseña nuestro fondo y nos templa la rebelde avaricia con la visión de la belleza, la armonía y la verdad, entonces nos acercamos a ser una especie animal digna, moderada y pacifica. No antes. La educación no es un adorno para el humano. Es la necesidad esencial para llegar a merecer la pena como ser. El hombre necesita la educación para domar su fondo.
Por desgracia hoy en dia la educación va hacia superficiales disciplinas de la consciencia. Se educa en estupideces y con valores que los docentes no saben enraizar en los estudiantes. Por desgracia, se pone la educación al servicio de la avaricia y la ambición, de la competitividad y la violencia estructural. Una total confusión reina en el diseño educativo actual, victima de memas modas y de desorientadas ideas
Asi, verdaderos desalmados imparten clase a alumnos que heredan la impiedad y que serán conformistas, cobardes o crueles. Cuando sus vidas corran riesgo venderán al otro. Cuando se desquicien recurrirán a la violencia. Poco han sido educados en el eje de su consciencia. Y si, en el milagro de la Educación auténtica no topan con un maestro de verdad, esos que son una inmensa minoría y que luchan contra una sociedad que los desprecia y aplasta, serán seres sin consciencia dispuestos a lo peor, al impulso simple del humano sin cabeza.
La violencia y el mal que nos rodea solamente se pueden combatir con la educación profunda. No con campañitas ni lemas estupidos. No con publicidad ni con razonamiento simple. Hay que tocar profundamente al humano para que genere su eje diamantino, que le impedirá dañar al otro en situación de daño. La forja de un alma sensible a los demás no se aprende de cualquier modo ni se consigue con anuncios en la tele. Es trabajo de un educador.
Así que si queremos ver cómo arreglar esta sociedad malvada y agresiva solo podemos hacer una cosa. Proteger la educación. Proteger la rara especie del verdadero profesor y aislarlo de las amenazas continuas que sufre. Evitar y expulsar al impostor educativo, al criminal que daña un alma en germen en el secreto espacio de una clase. Huir de un sistema educativo banal y superficial que es competitivo y agresivo en sufondo.
Viviendo como vivimos una época de comodidad y desarrollo, en la que existe riqueza social, aunque no repartida y no distribuida desde luego , estamos sin embargo en una crisis profunda de la educación. Y la trágica prueba de ello es que las cifras de violencia de género no paran de crecer. Pero no solamente la violencia de género sorprende por su extensión . También crece la violencia estructural entre clases sociales con la desigualdad inmensa que se dispara, crece la violencia o maltrato entre los niños y adolescentes, y no baja la crueldad contra los animales.
Todas estas formas de violencia están hablando de una profunda crisis educativa. Hay un nexo entre el desastre educativo en nuestro país y el clima de corrupción, desigualdad, agresión social y falta de empatia, que crece sin cesar.
Lo único que sirve al ser humano para elevarse de su propia demencia y para reconducir su espiritu despiadado es la educación. Cuando un sistema educativo funciona, el ser humano se amolda a la dulzura y busca su paz interior. La educación auténtica, no la simple apariencia de una disciplina seca e inútil, sino la imparticion profunda del sentido de la existencia, reconduce a los humanos hacia su perdido centro y los vuelve conscientes de su papel en el mundo.
Cuando se pastorea al alma con esa educación auténtica que nos pone en unión con lo que amamos, nos enseña nuestro fondo y nos templa la rebelde avaricia con la visión de la belleza, la armonía y la verdad, entonces nos acercamos a ser una especie animal digna, moderada y pacifica. No antes. La educación no es un adorno para el humano. Es la necesidad esencial para llegar a merecer la pena como ser. El hombre necesita la educación para domar su fondo.
Por desgracia hoy en dia la educación va hacia superficiales disciplinas de la consciencia. Se educa en estupideces y con valores que los docentes no saben enraizar en los estudiantes. Por desgracia, se pone la educación al servicio de la avaricia y la ambición, de la competitividad y la violencia estructural. Una total confusión reina en el diseño educativo actual, victima de memas modas y de desorientadas ideas
Asi, verdaderos desalmados imparten clase a alumnos que heredan la impiedad y que serán conformistas, cobardes o crueles. Cuando sus vidas corran riesgo venderán al otro. Cuando se desquicien recurrirán a la violencia. Poco han sido educados en el eje de su consciencia. Y si, en el milagro de la Educación auténtica no topan con un maestro de verdad, esos que son una inmensa minoría y que luchan contra una sociedad que los desprecia y aplasta, serán seres sin consciencia dispuestos a lo peor, al impulso simple del humano sin cabeza.
La violencia y el mal que nos rodea solamente se pueden combatir con la educación profunda. No con campañitas ni lemas estupidos. No con publicidad ni con razonamiento simple. Hay que tocar profundamente al humano para que genere su eje diamantino, que le impedirá dañar al otro en situación de daño. La forja de un alma sensible a los demás no se aprende de cualquier modo ni se consigue con anuncios en la tele. Es trabajo de un educador.
Así que si queremos ver cómo arreglar esta sociedad malvada y agresiva solo podemos hacer una cosa. Proteger la educación. Proteger la rara especie del verdadero profesor y aislarlo de las amenazas continuas que sufre. Evitar y expulsar al impostor educativo, al criminal que daña un alma en germen en el secreto espacio de una clase. Huir de un sistema educativo banal y superficial que es competitivo y agresivo en sufondo.
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