DORIS SALCEDO Y EL ARTE DEL SIGLO XXI


Como un auténtico lujo, y riqueza inmensa, disfruta Madrid estas semanas de la exposición "PALIMPSESTO" en el Palacio de Cristal de El Retiro, en Madrid. El lugar, un palacio de vidrio, en pleno corazón del parque, con la luz de diciembre y su sol finísimo también laminado como el cristal, ha encontrado su resonancia como en ningún sitio y podemos disfrutar de la belleza, el mensaje y la delicadísima experiencia de PALIMPSESTO.

La artista colombiana rinde un homenaje y cumple con un deber humano en esta exposición en la que se traen a la luz de la memoria los nombres de inmigrantes ahogados en el mar Mediterráneo. Pero lo que vemos en PALIMPSESTO es una celebración de luz en torno a este necesario renombrar a las personas fallecidas por querer huir de la guerra y la violencia. El festival de armonía que Salcedo ha sabido organizar es arte del siglo que viene: enraizado en lo social, global en su dimensión, profundamente humano en su factura, sutilísimo y a la vez claro y simple. Una riqueza inmensa que se ofrece a nuestros pies, gratuita.

PALIMPSESTO es una superación del arte de la escultura que trabaja aquí con agua cristalina, que titila y destella, en el Palacio, su brillo increíble, al servicio de nuestra memoria. El agua, esencia fluida, esculpe aquí memoria. Escribe y borra nombres de personas olvidadas, sumergidas en el mar de la desmemoria y el olvido doloroso. Gracias a un mecanismo hidraúlico y a tecnología de gran complejidad, Salcedo literalmente resucita esos nombres con agua, y vuelve a enterrarlos como agua que se hunde en el suelo, con un ritmo que recuerda las olas del mar o quizás los impulsos del llanto humano. Las palabras escritas con agua son lágrimas, son llanto. Pero son también raíces que se hunden y presencias que brotan como arroyos de vida, diamantina celebración y honor a los desaparecidos, y la belleza con la que estos nombres se adornan los hace presentes en forma de luz en nuestra experiencia. Solamente eso es necesario para que no sigan pudriendo nuestros basamentos sociales que se hunden en la falta de sensibilidad y en el desamor. Doris Salcedo rescata mediante su arte el basamento de la ética humana en Europa.

Para este proyecto colabora una treintena de ingenieros, artistas, arquitectos, programadores. En el arte del futuro de Salcedo es preciso que todo el conocimiento humano más complejo se ponga al servicio de la experiencia artística. La finalidad, como decimos, no es puramente estética: es artivista y es moral, y cumple funciones de restauración del alma social mediante la correcta restitución de la memoria de los olvidados, de los desaparecidos. En el arte del siglo XXI, todas las profesiones sirven a este fin. Como dice la autora, al servicio de la fragilidad de la vida está la perfección de una obra de arte. Sin duda etamos ante una de las grandes maestras del arte del siglo XXI.
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Pero Palimpsesto es además un objeto estético, en el que la belleza se halla vinculada con el mensaje y con el revulsivo social, y también, con la múltiple armonía de los significados del obrar humano. Con esta  obra cercana a la performance, quienes nos acercamos a ella participamos en el surgir de los significados que van de la maravilla estética sensible al duelo funerario profundo, de la representación de la vida en su profundo ir y venir, surgir y ser olvidada, al juego con los elementos prístinos que en definitiva son la materia del arte y del sentimiento. Todo rima en la obra de Salcedo. La escritura de agua en la tierra es una metáfora de la vida y la muerte. Las páginas, las lápidas del suelo, son también playas de luz, y tierras que se alimentan y alimentan la vida. Los pasos y el sonido plagado de trinos del palacio de Cristal crean con el presente una bóveda sonora que hace eco a la obra de arte en el suelo, de modo que conecta perfectamente el presente y todo el mensaje de la obra. Poesía pura en todos sus aspectos, y conexión total. No en vano la autora, de una inteligencia proverbial, se hace eco d elas palabras de Deleuze según el cual un artista es un "conector de ideas". En su caso, la conexión es absoluta, orgánica y global.

Es auténticamente una fortuna tener PALIMPSESTO en Madrid en esta temporada. Si pudiéramos describir las riquezas de los grandes tesoros, las más finas joyas de imperios o reyes, nunca podríamos con ellas ni rozar la riquísima pureza de este arte esplendoroso, que se da a manos llenas, gratuito, en la obra de un creador como Doris Salcedo. Ni el rey Salomón en todo su esplendor se vistió jamás como se han vestido aquí las figuras humanas que pueblan y participan en la joya del palacio de Cristal del Retiro madrileño.
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