nuevas formas artísticas: “pina” de wim wenders

Pude ver hace unos días la película en 3D Pina, de Wim Wenders, un homenaje póstumo a la bailarina alemana Pina Bausch, directora del afamado TanzTheater de Wuppertal.

La peli es una nueva forma artística. Me ha recordado mucho a las pinturas rupestres, sobre todo porque el volumen que le da el 3D a la imagen es aprovechado por Wenders magistralmente para crear con el movimiento y el color nuevas dimensiones artísticas, parecidas a las de las cuevas rupestres.  Este cineasta es ya un escultor de imágenes también, y juega con las escalas y los volúmenes, con las perspectivas y solapamientos, como un auténtico artista de los volúmenes.

La música, que es el soporte vital de la danza, viene además a dar otra dimensión envolvente de belleza consumada. Se trata de la música que Pina y sus bailarines coreografiaron a lo largo de su intensa carrera. de hecho, la peli es un homenaje de los ya maduros bailarines a su directora. Son piezas especialmente ricas para la danza.

Además se aprovecha la paleta del color cinematográfico con una suavidad y dulzura que es como ver cuadros en movimiento y profundidad. Hay mucho, también, de la imagen teatral en la que la bailarina alemana trabajó toda su vida. El cine y el teatro están más cerca artísticamente con este uso tan fino del 3D.image

La película me hace reflexionar sobre cómo en la expresión artística el truco es fundamental, y es necesario que se aprecie la factura artesanal del mensaje artístico, para que el espectador o el público capte la belleza. En el caso de Pina,  las superposiciones de planos del 3D son exageradas, incluso en ocasiones se produce un efecto “pop up”,  como si se tratara de tarjetas de cartón con sorpresa, o de libros o puzzles  o miniaturas antiguos. Hay juegos también de ilusionismo con las proporciones y tamaños de las cosas. Este efecto produce también un juego visual muy bello y muy artificioso a la vez, constituyendo una expresión artística nueva. Como si el teatrillo de guiñol estuviera presente también, y al mostrar esa factura indicara la realidad de la danza de Bausch y sus bailarines como una ilusión fabricada.image

Los bailarines son auténticos genios, cada uno a su modo. Son todos maduros, como tesoros labrados por el trabajo artístico, capaces de expresar aquello que la misma perfección a veces deja fuera de la danza. Bausch trabajó mucho abriendo escenográficamente la danza a nuevos suelos no pulidos, ampliando el neoclasicismo para llegar a formas perfeccionadas del clásico. Aquí su trabajo se complementa con la inserción de las danzas en espacios insólitos – de nuevo tenemos la sensación de tridimensionalidad o tricontextualidad evocada en las imágenes- y los bailarines interpretan sus solos sobre ríos, autopistas, calles de la ciudad…image

Es una preciosa obra y sobre todo anuncia un estilo nuevo de hacer cine, pues un artista cinematográfico ha conseguido por fin sacar al 3D de su uso reducido al cine de aventuras infantil.

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