ESPAÑA Y EL futuro.

frankfurt abril 2013 360

Comparando distintas experiencias en Alemania y España, podemos extraer algunas conclusiones interesantes sobre nuestra situación, sobre qué podemos hacer, y sobre las oportunidades que estamos dejando pasar en este país de tontos aferrados al poder y toda una generación increíble, perdida en cifras de desempleo.

ESpaña vive ahora mismo en dos realidades paralelas: la física, en la que un gobierno inepto y una élite burda se aferran estúpidamente a su poder, pensando que podrán continuar así sin que se hunda el barco, y un mundo digital en el que millones de personas jóvenes, con inteligencia, capacidad, dinamismo y energía, vuelcan su impotencia como única vía de escape. Porque otra no hay. Al menos en la web es posible plantear ideas, exponer críticas, movilizar protestas. Eso sí, nada de esto parece tener consecuencias. En la otra realidad, la física y macroeconómica, las cosas están bien atadas, y la corrupción y la tecnocracia aliadas no se mueven. Todo está congelado y así seguirá hasta 2016 como poco.

España se deshace de impotencia en la web: mil ideas, mil chistes e ingeniosidades, análisis punzantes, alternativas, se cuecen ahí en ese mundo gratuito e inerme, donde te dejan desahogarte. Mientras tanto una calaña de seres ineptos dominan todos los sectores, del económico al político, y su única intención es permanecer iguales ahora que hace diez años, o que veinte.

Si esta situación se diera en un país como Alemania, habrían salido del problema hace años. Habrían prejubilado a la generación de 45 años que está taponando con su ineptitud o su interés de casta la salida de la crisis. habrían incentivado rápidamente la materialización de todo el capital de ideas y acciones que bulle en nuestras redes sociales, webs y blogs.  Alemania nunca tuvo una situación tan dramática como la nuestra, pero tampoco tuvo unas ideas tan geniales, unas plataformas tan activas, un movimiento regeneracionista como el de nuestro 15-M. El despertar de las Asambleas de barrio, en el país alemán, o en Islandia, o en Francia, hubiera sido el desencadenarse de una revolución socioeconómica, famosa en el mundo entero. Aquí se ha amordazado y convertido en algo triste.

Eso es lo diferente de nuestro país: no que no haya potencial, ideas, ni energía creativa a raudales, muriéndose de éxito en Internet. Todo esto acompaña, como polo positivo, el fenómeno bipolar de la crisis. Pero un país con cabeza habría tomado esa oportunidad para poner en las manos de quienes tienen la energía salvadora, los jóvenes, los creadores, la gente activa, comprometida, las riendas de todo. progresivamente, con políticas de incentivo, con inserciones y estímulos. Con interés, respeto y atención a esa fuerza.

Tendrán que morirse los de la vieja casta que llevan el férreo control de la inmovilidad del país, los que tienen por cabeza una tele de plasma, los esperanzosaguirre que mandan orgullosos a los jóvenes fuera, los socialistas del bolsillo, los gallardones siniestros, las sorayas territoriales, todas ellas, los empresarios de mierda que solo saben llenar su cuenta, los banqueros usureros, los ministros calvos y catetos de educación, de economía, las que hablan lentamente para esconder su burramia, los que no saben nada de nada pero siguen dominando porque dominar es su negocio. Cuando todos estos se jubilen, podrá llegar a tener actividad la generación que ahora, de los 20 a los 40 años, se muere de impotencia teniendo un mundo nuevo en las manos, listo para empezar.

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