SI TE LLEGA EL SOPLO DE LA DIVINIDAD

no te muevas

porque no es ansia de futuro

ni es huella de poder,

nada que tú puedas

calcular

ni maquinar, es.

 

Si te acaricia el rostro el aire celestial

quédate donde estés

deja que él hable

deja que te muestre tu lugar

de manera nueva

verdaderamente fresca,

natural,

 

deja que lo componga todo

como un cántico

y que nada le sobre en su totalidad

 

porque es diferente a todo

siempre otro

siempre otra cosa

que no es tu yo

y que te elevará.

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