dos generaciones

 

 

Conviven ahora mismo en el mundo dos generaciones distintas de seres humanos. Los que forman parte de la Era que emerge, que se llama de Acuario, y los que siguen en Piscis, en la Era del individualismo, de la concreción lógica, de lo único y lo unidireccional. Es la lucha de una Era de Alta Energía que llega, contra una Era de Baja, muy Baja Energía, que se resiste a marcharse.

Esto se aprecia claramente porque la generación pasada, Piscis, entiende la situación actual como una crisis sin salida, en la que no hay ninguna solución conocida, y ven derrumbarse, con toda inquietud, los edificios sólidos que mantenían la visión del mundo en el siglo XX y antes. LO que está ocurriendo es que el pez está viendo disolverse todo, incluida su vigilia y su anhelo, en un inmenso universo disuelto y líquido donde la nueva forma de mente es agua, fluye y adopta múltiples formas, no tiene individualidad, es trasparente y universal. Lo que la caracteriza es algo que hereda de la época anterior, su entorno líquido, pero es muy diferente porque en Acuario no hay distinción entre el uno y el todo. La parte es igual que el todo. la persona por fin se reconoce igual, ligada, indistinta,  al Ser universal.

La generación que participa del cambio de Acuario vive con emoción estos cambios. Intuye que son buenos, que el futuro está naciendo ahora y que hay prisa y urgencia por crear, por responder a todos los nuevos fenómenos tecnológicos con usos y adaptaciones humanas, y que la comunicación entre las personas va a experimentar tan emocionante evolución que por primera vez vamos a dejar atrás la inconsciencia individual para empezar a conocer la mente colectiva y consciente que se sitúa allí donde se alinean las vidas humanas y del planeta en un ser sensible y común.

Esto empiezan a intuirlo los jóvenes, notan que la acción va a ser cada vez más social y colectiva para poder ser personal y humana, que las nuevas formas de comunicación van a generar nuevas formas de evolución en el trato entre los miles de millones de seres humanos. Estos mismos jóvenes, y los jóvenes de espíritu, perciben que abandonar las certidumbres que ya no valen es fundamental para percibir las nuevas, y que hay que llegar al abandono total del sistema para dar cabida a lo nuevo.

Entre los de la vieja generación Piscis predomina un sentimiento de caos, de confusión, de ignorancia intensa de lo que ocurre, de retraimiento, silencio y expectación. Es como si media humanidad se hubiera metido en cuevas a la espera de lo que pase. Mientras tanto, la otra mitad va viendo abrirse ante ella un densísimo crisol de ideas muy candentes que identifican muchos contextos diferentes: inteligencia colectiva, conciencia del presente, cierre de los círculos universales de conexión, comunicación infinita, vida colectiva…

No creo que esto sea algo tan nuevo: quizás el siglo V antes de nuestra era fue así, quizás lo fue el siglo XII de la nuestra, quizás en otras áreas del planeta se vivió, hace decenas de miles de años, otra Era Acuario en eclosión…

 

Car Gustav Jung,  perteneciente a la generación de la Era de Acuario, la describió así:

“Es el mundo del agua, en el que flota, suspenso, todo lo vivo, donde comienza el reino del «simpático», del alma de todo lo vivo, donde yo soy inseparable y soy éste y aquél, donde experimento en mí al otro y el otro me experimenta a mí como al yo.”

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