MISTERIOSA ENERGÍA

Siempre hemos pensado que los recursos energéticos son escasos. Sin embargo, el ser vivo puede experimentar día a día que existen fuentes donde la energía fluye de manera indefinida, siempre rebosante. La mente más profunda del ser humano rezuma una energía insospechada, inabarcable.  Basta con abrir un cauce hasta ella para comprobar que no tenemos límite a la hora de crear y producir. Esta energía creativa se manifiesta en todas las facetas del ser humano, y en extensión en el tiempo, apuntalando las obras y las hazañas con inagotable fuerza.

¿Cómo es posible? ¿Cómo puede no agotarse la energía creativa? No podemos explicarlo, pero lo cierto es que en el momento en que abrimos la puerta del placer, la energía creativa se alimenta de sí misma, y con cada desarrollo, tiene más impulso para desarrollarse más. Como si de su propia exhibición obtuviera la frescura y vigor que la empujan.

Pero este uno solo de los misterios de la energía.  Podemos notar cómo despierta la atracción de los sucesos, en los fenómenos de sincronía, en el baile de las emociones y las simpatías en los más diversos sentidos.  Podemos ver que levanta en nuestra propia persona facultades e inteligencia, versatilidades y gracia, talentos e imperios que son como si la energía creativa se complaciera en arrasarlo todo y en todos los sentidos, con el rodillo del arte, la sensibilidad, la belleza, la armonía.  Nos asombramos de dónde ha salido, y hasta dónde va a llegar.

El mundo no es el resultado de fuerzas inertes que tienen un final, y que maquinalmente se entrechocan y decaen. El mundo es un prodigio de energía que se autocontempla y recrea, que disfruta de su propia obra y la hace renacer a cada mirada. La vida es un gigantesco espectáculo milagroso, siempre  infinito en el ahora.