espléndido el auto de los reyes magos, en la abadía

Es el tercer año consecutivo en que la compañía de Ana Zamora representa en el altar de la capilla del genial teatro La Abadía, su “Auto de los Reyes Magos”, obra original del siglo XII hallada en un códice en la Biblioteca del Cabildo de Toledo, y complementada con otros textos de la misma época, como El libro cumprido de los iudizios de las strelas, del árabe Alin Aben Ragel, traducido en la Escuela de Alfonso X el Sabio. LO que tenemos ante nosotros es una auténtica resucitación de la Edad Media Gloriosa, en su pleno esplendor.

Ana Zamora es un genio de la recuperación teatral histórica. LLeva años, a pesar de su juventud,  realizando auténticos milagros para integrar la creatividad en la visión histórica fidedigna y detallada. Su compañía escogió estos textos antiquísimos en lengua castellana, para revivir el espíritu de la primera Edad Media, cuando el cristianismo todavía bañaba con su luz sobrenatural la religión popular, y sus símbolos tenían la capacidad de hablar a los niños y de recubrirse con las formas animales.

ESta investigadora también ahonda en las músicas espirituales de los siglos XII y XIII, entresacando las formas del canto gregoriano, de los coros monotonales, y las danzas y jácaras casi arábigas que se bailaban en España en 1100. A través del AUTO DE LOS REYES MAGOS es posible echar una ojeada profunda al alma medieval española, en la que las danzas hieráticas heredadas del mundo grecolatino se mixturaban con nuevas inspiraciones orientales, por el contacto con los árabes.

El Auto de los Reyes Magos es una piecita de no más de media hora, a la que por su duración, Zamora ha añadido otros textos de la época, escritos en la misma lengua pidginizada que aún no es nuestro español, y que rezuma pronunciaciones de muchas raigambres distintas, como las latinas, romances, arabizantes, y griegas, en una lengua en fusión más internacional que ahora, pero perfectamente comprensible porque la compañía ha sabido conectar la fuerza del castellano de 1150 con la lengua popular actual y con la vivaracha expresión cómica. Las contracciones de los artículos aún son maleables, las terminaciones de los géneros bailan, el español es todavía una masa elástica sometida a la vida popular, y por ello próximo en espíritu a nuestra propia época. A través del Auto vemos cómo cambia la lengua, y cómo es el espíritu del pueblo el que va guiándola.

La Edad Media fue un larguísimo período de al menos 1000 años en el que la influencia de la cultura griega y cristiana primitiva arraigó y formó un cosmos lleno de pureza, de sencillez, de belleza, en la vida cotidiana. En ese mundo existió la convivencia y la fusión cultural con las formas orientalizantes de los árabes y judíos. La poesía inundó los edificios y los libros, las costumbres y los lugares. Y todavía hoy vemos esa dulce sencillez en las formas y figuras del románico, en la poesía medieval, en los campos en torno a los pueblos y las iglesias. De aquella época eran instituciones tan logradas como el vasallaje y los concejos en los pueblos, la consumación de la vida en los pueblos y ligada al trabajo agrario, el derecho de gentes y el ánimo cordial y comunicador de los trovadores y buhoneros, con sus romances y leyendas, el verdadero espíritu de la universidad, cosmopolita e híbrido, la cultura como algo integrado en la vida cotidiana. De aquella época fueron las visiones increíbles del Dante y de Hildegart Von Bingen, la belleza de los mosaicos de Ravena, y la voz pura y graciosa de François Villon.

 

Por el milagro creativo de esta compañía vemos y vivimos de nuevo ese mundo. Es rarísimo ver presencializado el corderillo como figura central del cristianismo otra vez, y aquí se llega a eso. Es igualmente extraño ver accionar el simbolismo de los animales/evangelistas, y su explicación, o la leyenda de los tres Magos y su desarrollo narrativo en el mundo bizantino, y aquí la vemos completamente restaurada. A TRABAJOS COMO ÉSTOS DEBERÍAN DARLES EL PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS O DE LA CULTURA, y no a tanto santón italiano medio borracho o a tanta viejuca arrugada y vanidosa.

En definitiva, no os perdáis esta pieza, es teatro teatro, del mejorcito. !!!No la perdáis!!!

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