LA COMPLU EN LA CALLE: PARA IR ABRIENDO BOCA CON LA NUEVA ERA

 

 

Cuando surgió esta iniciativa de salir a dar una clase en la calle, me gustó y me apunté rápidamente. Tengo comprobado que el activismo funciona. Veo muy claro que este país necesita activismo a tutiplén, y que hay muchísimas justificaciones para pisar la tierra y la acera haciendo cosas con los pies: manifestarse, moverse, visitar lugares nuevos, o dar clase, efectivamente. Vivimos aislados en celdillas de colmena y no tenemos contacto con la fuerza de la vida real, que está en la calle. Salir a la calle es salir a luchar, a vivir, es una liberacíón de energía que necesita empezar a fluir en esta ciudad.la complu en la calle

En la calle, dando clase, se pasa frío. Y recibiéndola, no digamos. Sin embargo, cuando hoy, ateridos de frío, hemos dado y recibido una clase, hemos hecho algo único, excepcional. Hemos unido las clases de la Complutense a la vida real, a la tierra, a los árboles del Retiro, al suelo sagrado de la Puerta del Sol.  Una clase en estas condiciones es heroica, y por eso, vale como una sesión honoris causa en Harvard o en Gottinga.

Utilizamos algo muy positivo, para luchar contra una situación muy negativa. Y ponemos sobre la mesa lo más valioso que hacemos cada día, dar una clase. Transmitir y conservar una sabiduría,  hacer vibrar a seres nuevos con una energía inmemorial. Mediar para que llegue lo que tiene que llegar a nuevas manos. Romper la barrera de la insignificancia para llegar al torrente del significado, para experimentar el sentido más que humano de la existencia. Todo eso es una clasecita, si se da bien. Y todo eso tiene tal fuerza moral, tal capacidad rebelde, que necesariamente es la mejor arma contra el mal que sobrevuela estos días nuestro país.

Esta iniciativa de dar clases en la calle tiene ese acierto en su raíz: es una nueva forma de protesta, de rebelión social, que usa armas positivas en lugar de negativas. En lugar de la inacción, la acción positiva. En lugar del estilo agresivo, amargado, de protesta habitual, un estilo fuerte, enérgico, poderoso. Creo que por esta línea deben ir nuestras nuevas movilizaciones: hay que sacar la raíz de bienestar, de beneficio, de riqueza, que está en el estado de bienestar, y echársela a la sociedad encima, para que la autoridad moral que implica ayude a levantar la tiranía de lo cutre, de lo miserable, del capitalismo.

Cuando los médicos se ofrecen a tratar a los inmigrantes sin papeles, cuando los maestros dan clases por las calles, cuando todos ponen algo de lo que hacen muy bien, de lo que saben hacer, sobre la mesa social, para que les defienda, están usando un arma incombustible. Que se lo digan a Gandhi, por ejemplo.

GRACIAS CHAVALES POR ASISTIR!!!! REPETIREMOS!!!!

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