Epitafio a una vieja amiga del barrio

(Para Elena, mi vecina de 85 años, que paseaba a su perrillo Tuqui, cachorro de caniche negro, hasta que ha dado el gran salto antesdeayer)

Que la muerte, blanca mañana de poesía

envuelva a tus seres amados en una ducha de amor

como toda memoria tierna de tu alma;

a todos cuantos te acompañaron

bañe en paz y alegría este luto

para que sigan tus pasos en la senda del cariño

y del calor que nos damos en la ausencia, se hagan partidarios.

Que la muerte bendiga

con su canción fina y su helado rostro raro

el aire de tu casa, el espacio

que movías feliz, y ahora te recuerda,

y que la llama que cobijaste en los seres pequeños

que a tu fuerza crecieron

siga inmersa en el sol

porque tu muerte tenga sombra dulce.

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