12-M UN ACTO DE PRESENCIA

 

Todos los que queremos cambiar las bases fundamentales del sistema social tenemos que hacer mañana acto de presencia en las manifestaciones de SOL. Y nunca mejor dicho, mañana la presencia será un acto muy importante, entre otras cosas, un acto de fe.

 

El 15-M es un movimiento que actúa simbólicamente pero conmueve los cimientos mismos de la sociedad. No necesita llevar a cabo hercúleas campañas, ni representar que trabaja, ni escribir, o llevar a cabo magnos proyectos. El 15-M mueve la vida social española desde hace un año con actos tan simples como rebautizar una plaza, estar presentes en la calle, impedir un desaucio o hacer públicas ideas y propuestas de cambio. Todo eso no necesita remuneración ni puesto oficial, ni asociación, ni líder ni representantes.

 

Estar ahí, estar presente, recordando lo que queremos, pidiendo que acabe ya la corrupción escabrosa del sistema, pidiendo ética, es todo. No hace falta ir más allá, ni quedarse más cerca. Con presenciar, y acompañar el 15-M, estamos haciendo mucho.

 

Gandhi cambió la colonia británica en país independiente solamente con su presencia pacífica. Los negros americanos consiguieron, con sus figuras tranquilas como Martin Luther King, liberar a su pueblo y hacerlos ciudadanos de pleno derecho y poder.  Los grandes líderes espirituales simplemente colocan sus cuerpos en los espacios donde muestran su apoyo a la dignidad, a la libertad, y con eso, mueven montañas.

 

Decía Simone Weil que el peso de un solo cuerpo humano puede hacer contrapeso al mal del mundo, si se produce la distancia adecuada y la fuerza precisa en el fenómeno de balanza. Con firmar, con nuestra presencia blanda, inerme, las manifestaciones de mayo de este año, hacemos ese contrapeso.