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Mostrando entradas de octubre, 2017

Trabajo y pasión

Simone  Weil  afirmaba que había  en el ejercicio  de un trabajo un fondo siempre difícil y complejo, que lo ataba al mal, porque trabajar supone a menudo luchar por arrebatar para nuestro provecho o subsistencia la riqueza, el bien o la vida a nuestro entorno, por lo que algo esencial ponía siempre  en inconciliable enfrentamiento nuestra moral y ética y el trabajo. Esta concepción profunda y triste del trabajo como algo negativo, se acompaña más comúnmente de la concepción más religiosa del trabajo como tortura o castigo personal, algo ligado también  a la falta de libertad y a la lucha por la subsistencia. Sabemos por Weber  que el concepto del trabajo como castigo generó  estructuras  sociales completas,  economías y filosofías de vida. También  suscitó revoluciones  sociales y económicas que dieron al traste con esa idea profunda pero oscura o penosa del trabajo. Más allá  de todo esto, yo quiero defender aquí  el trabajo como algo más profundo  todavía,  ligado a la poesía e

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Mi madre y mi padre : Amalgama de su luz y alegría son mi rostro.  Soy su futuro un cielo hecho carne un nacimiento en cuerpo  de su sueño.  La mirada llena de futuro el alma fulgurante la ternura de un cielo hecho cuna y un viaje a la claridad realizado. Mi madre y mi padre Soy.

ENFRIAR UN PAÍS

Los humanos somos animales mucho más limitados de lo que nos creemos.  Pensamos que razonamos más de lo que lo hacemos.  Pensamos que tenemos juicios exactos de la realidad y que lo que nos rodea es una realidad diáfana y clara.  Y sin embargo no captamos nunca o casi nunca la inmensa realidad en que existimos y reafirmamos con emociones primitivas el cuadro que nos hacemos de ella y que nos conduce a actuar como por un resorte. Nuestros errores solamente los corrige una buena comunicación con el entorno,  una limpieza constante de nuestra mente y una constante gimnasia espiritual que adapte el limitado cerebro humano a los fundamentos de la vida.  Y cuando no es posible hacer esas tres cosas,  el animal humano enloquece y arrasa  con todo.  Las guerras son ese fenómeno. Este país está hoy aquejado de una gravísima perturbación colectiva generada por una pérdida del sentido de lo real y una comunicación deforme y envenenada.  Se suma además la ausencia de un control de la situació