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Mostrando entradas de septiembre, 2017

En Memoria de ANTONIO MAURO VICO PUERTAS

A los cuarenta y pocos años ha muerto por sorpresa mi primo hermano Antonio  Vico,  dejando dos niños y a su mujer Elena  y a sus padres y hermano sumidos  en una inmensa  y dolorosa perplejidad. No podemos creerlo porque Antonio era la ternura  y la energía bondadosa en persona.  Un ser bellísimo por fuera y por dentro.  Una buenísima persona a la que no pensamos  jamás tener que llorar en la muerte.   El golpe ha sido brutal para todos los que le conocieron porque hay algo indignante  y vil en dejar de ver a alguien como Antonio, que hacía  la vida más hermosa  para todos.  No es necesario conocer en detalle su historia y su vida para sentir la bondad que este chico emanaba. El alma de una persona es más que su historia .  Se siente en cada gesto,  en cada hecho aislado. Su vida ha sido ejemplar,  estuvo rodeado de amor y cariño  de su madre,  de su mujer,  de sus hijos y todos los amigos y familia.  Antonio era una riqueza para todos y en él  todos pudimos sentir la bondad de

La comunicación y la guerra

Habitualmente no somos conscientes de hasta qué punto están  intrincadas las grandes guerras y conflictos,  en fenómenos de comunicación, particularmente en fenómenos de distorsión  comunicativa. La actual crisis  política en España nos da una imagen muy significativa de esta relación trágica entre  la comunicación  y la guerra. Hoy presenciamos  cómo se construye día a día el edificio de la incomprensión entre grupos humanos con motivo del secesionismo catalán, de manera que dos espirales de mutua exclusión amenazan con pasar a la directa violencia, ofuscadas como están  en sus procesos de escalada de odio y descalificación  mutua. Presenciamos cómo sobre la base de errores,  azares y malversación se va desviando la comprensión mutua impidiendo cada vez más la pacífica aceptación del adversario y cómo  el sinsentido va conformando  el código de comportamiento descerebrado que unos se exigen a otros. Y es que al igual que entre dos individuos en escalada de agresividad se dan import

Saborear la Vida

El saborear la vida es una detención en el puro presente en el que nada parece trascender ni dejar huella.  El inmenso placer de ver detenerse todo en la insignificancia y la nada.  Contemplar la nada de tanto afán amenazante o avasallador, la pura nada de tanto famoso estruendo que cesa vacío. La nada que impera en el mundo en tanto  no es lo pequeño, que sabemos inmenso.  Que ninguna esclavitud persiste y toda desaparece en cuanto se medita algo sobre ella. La cesación del dolor es uno de los milagros que sorprende uno en la vida diaria y reconfirma con delicia, si lo busca.  Que la libertad riega con alegría profunda el alma y es lo que más enseña.  Que manteniendo la calma se sabe cómo y cuándo bailar para conseguirla, urdirla y organizarse sin demasiada solemnidad ni dramatismo. En un dulce baile en que predomina la paz se puede cesar el empuje para dejar que ruede la propia  rueda del mundo.  La pizarra nuestra es otra, la que escribimos y con la que escuchamos las coincidencia