LA RESPUESTA

Una de las cosas que más me divierte últimamente es pensar y contemplar las maneras en que recibo respuestas de la vida. Una vez que crecemos, empezamos a ofrecer mensajes, a plantear interrogantes, a confabular maneras en que difundir cosas importantes. Y cuando uno lleva tiempo entregado a estas tareas, termina por iniciarse en el arte de recibir respuestas. Lo primero que descubrimos, en este arte, es el peso y la profundidad de las respuestas seguras. Pasa uno la vida buscando a autores y maestros que saben cómo responder y responden a nuestros enigmas. Adiestrados en este arte, empezamos a responder nosotros también. Siempre es un acontecimiento festivo y alegre recibir, en ocasiones excepcionales, una respuesta de este tipo. Creo que estas respuestas, que se refieren a la sabiduría perenne, a la luz de la vida, digamos, son las que marcan el ritmo de la existencia. Y llegan siempre, como sale el sol todos los días. Con el tiempo aprendemos también a descifrar otro tipo de respues...