Hace algunos años tuve la oportunidad de traducir el texto de Robert Sternberg sobre Inteligencia y Creatividad que publicó este experto en cognición, a finales del siglo XX, junto con otros investigadores. En el texto, múltiples teorías se revisaban sobre la relación de identidad, de contraste, de solapamiento o de complementariedad de estas dos capacidades humanas. La inteligencia se define, de acuerdo con múltiples autores, como una capacidad de leer con atención y discernir los aspectos de la realidad. La etimología nos remite a leer entre líneas. Giambattista Vico , el célebre filósofo del settecento italiano, señalaba cómo ese “entre líneas" es crucial, porque se refiere a la atención a lo vacío, insignificante u oculto, que caracteriza a la mente más perfecta. Hay autores que han señalado recientemente la existencia de múltiples inteligencias, y sin embargo, otros, como Marcel Proust, abogan porque es una y única. Desde luego, yo abogo por esta tesis puesto...
El otro día hablaban en la tele dos literatos de pro en un espacio televisivo de ésos que quedan fósiles de otros tiempos, en Telemadrid. Como eran dos pedantones al uso, del mundillo de la escritura, me hicieron recordar lo poco que me gustan los ambientes poéticos y literarios de nuestra época, y lo ridículo que resulta, hoy en día, el literato profesional. Estas personas que hablaban suplían, como es costumbre en esos círculos, la creación con la verborrea. Piensan que hablar y hablar sin parar, dando datos o recordando nimiedades infinitesimales de tal o cual otro nombre literario, y de vez en cuando soltar un versito o un estribillo de canción, es algo valioso y bonito, porque como son hombres de letras…. Ahora algunos de los eruditos literarios que se precian de serlo, y que cobran nómina por ello, protestan por su valor profesional y piden que se reconozcan cánones y cuotas porque están al pie del cañón de la creación literaria. ¡¡Ya les gustaría a ellos estar en la c...
El ego y la creación artística son dos cosas incompatibles. Éste es un secreto que incluso algunos buenos artistas desconocen. El procedimiento de crear es completamente impersonal, una mediación en la que la fuente de la creatividad se funde con las capacidades del artista y con la materia y el entorno que nos rodea, de modos que no pueden estar instrumentados para el beneficio personal o en nombre de ningún fin particular. Se crea de un modo servicial, disponiendo una libertad que se alcanza cuando el artista humildemente acepta la materia sobre la que trabajar o el motivo en el que moldear las formas que le vienen dadas. Lo que llamamos inspiración, creatividad, genio, es algo regalado, y además, cambiante. El artista no es sino un medio por el que se manifiesta la energía creativa del mundo. Y de un modo radical. Estamos hablando, claro está, de arte consumado, es decir, de obras maestras. Siempre llama la atención, y nos subyuga, de una de esas obras ma...
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