intervenir en la vida social es la cura para el sistema

Ayer se vio claramente, en los distintos puntos del globo donde se concentró la gente más viva del mundo, los integrantes del movimiento 15M, cómo simplemente moverse a participar en actos sociales como éstos inunda de alegría y de fuerza energética a quienes se atreven a tomar esta iniciativa.

En Sol, y primero en Cibeles, y en Atocha-Neptuno, así como en la Castellana, en Madrid, se creó una euforia colectiva en la que se sentía una nueva esperanza en la vida humana. Simplemente ver la respuesta masiva de la gente de todas las edades, condición, y cómo la inteligencia movía a todos, era profundamente emocionante, simbólico, trascendente. Una sonrisa colectiva se veía por todas partes, y aunque el ambiente era de fiesta total, se apreciaba la capacidad de inspirar cosas nuevas y de acabar con toda la miseria y la depravación de un sistema social corrompido y deshecho.image

El 15 M es una ola. Va creciendo por esta fuerza eufórica que saca de sí mismos a muchos que están agobiados, ensimismados, deprimidos o apalancados, y los pone a hacer cosas: evitar deshaucios, formar asambleas de barrios, crear iniciativas populares, defender empleos. Todavía hay mucho que descubrir como posibilidades de actuación. Conforme el movimiento crezca irá asumiendo más iniciativas y generando más brazos activos. Hay sin embargo una tendencia muy importante a no equivocarse de vía, a no derivar en tendencia política, a no identificarse con ningún líder y permanecer no violentos y pacíficos, como un movimiento reflexivo y filosófico, y con vocación ética y desinteresada. Nunca podrá el 15 M satisfacerse con simples reivindicaciones profesionales, el movimiento debe ser profundamente desinteresado y anónimo.

El 15 M tiene una cara, pero es una cara colectiva, macro-orgánica. Tiene sobre todo una atmósfera y una energía contagiosa, que crece en contacto con más y más gente, despertando a todos los que pueden despertar, llamando a quienes pueden integrarse y no van ya a dejarlo de lado. Lo de ayer fue una fiesta de celebración. Era un ambiente del futuro, una visita de los años que vendrán, en los que se refunda el ser humano y la vida social en occidente y en oriente también, a partir de la ética y la inteligencia. Cuando uno entra en contacto con eso, ya no lo olvida jamás.

La única cura para el individuo humano del siglo XXI es este movimiento, basado en la iniciativa voluntaria, en la acción tras la refleexión, y en la capacidad de protestar e indignarse. No es casual el nombre de INDIGNADOs: como alguien comentaba, solamente los dignos pueden indignarse. Sólo los que se indignan alzan la voz en protesta, y dicen NO al sistema, lo expresan en mil medios, salen a manifestarlo, responden a las situaciones y ACTÚAN. Esa es la cura de la enfermedad que sufrimos hoyen la sociedad española y en todas las demás: falta energía moral, falta capacidad para no tolerar la corrupción y la bajeza moral. Pero si dices NO, estás comenzando a crear algo nuevo, aunque solamente sea en tu interior. Y con el NO, se construye mucho más, se desbanca a todo el sistema poco a poco, con la fuerza moral.image

Por eso es vital que las personas conozcan que lo que hay en el 15 M es radicalmente nuevo, evolucionado y del futuro, es el nuevo hombre y mujer, es el nuevo bastión de un sistema igualitario, democrático, limpio y claro, en el que se protege fundamentalmente lo beneficioso y básico como la salud, la enseñanza, la protección frente a la pobreza y la miseria, y lo demás se posterga. Sabemos muy bien lo que realmente importa, y vamos a por ello. No hay más que sumarse a esta ola siempre creciente de seres humanos clarividentes y activos que salen a la calle, que expresan, luchan y actúan y que van a ganar el mundo, porque nada es más fuerte que la energía moral positiva. Euforia de ganadores, era eso lo que se veía en las caras del 15 O de ayer, cuando has ganado tu vida en solo una jornada.

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