Tres Clásicos
Tres clásicos
Acompañado
de dioses he pasado toda mi infancia y sin saberlo.
Entre
sus mafias y milagros me he criado como un amor requerido y satisfecho hasta el
infinito.
Las umbrías
de sus moradas, la bendición de sus aromas y efluvios de aguas y flores, el
tiempo represado en sus templos y el cielo como escuela de mi tierna mirada.
De allí
procedo.
Con la
libertad de la mano saldremos adelante, esa mano de madre de amor que
conduce en la noche, esa dulce directora que al pensar castiga y más allá
de su corazón yergue cuerpos, esa vidente magistral que hace cantar al alma su
verdadera canción más allá de todas las angustias y todas las estrecheces, y
pisar por fin la tierra de los vivos, amarilla y seca.
Libertad
gamberra y atlética cómo te gusta bañarte en agua pura de un arroyo de la sierra
donde soñar verdes poemas, cómo te gusta rasgar y romper la estupidez y llamar
con tu voz negra a tu reino por su nombre hecho sólo de sol y sólo de pobres
piedras, cómo te gusta tu carácter y que te dejen sola y que el tañido metal de
tu garganta se vaya y vaya templando para tener el oro de música cuando quiera
el tiempo, cuando madure su cuerno, cuando se curta el acento o su verdad se
haga neta.....

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