La casa Vicente Aleixandre
Esta casa sostenida por la raíz de un inmenso cedro. La fuerza poética que lo plantó sigue viva porque las raíces que sujetan los imperios de la vida son las esencias que siguen llamando a la vida.
Al llegar al fresco jardín salvaje y ante los muros desvaídos de tanto sol de nuestra casa regresamos a lo que somos, invitados por el poeta década tras década.
Y es una fiesta de intensa emoción y alegría unirnos a la tierra fértil, a la fuerza de los versos, a los pájaros que llegan y a la estrella Sirio arriba, velando para que toda muerte no sea sino un camino en el campo de la noche, del perro aún presente, hacia la vida.
La sencilla eternidad de una vida dedicada a la poesía. La historia pasada que mueve a una multitud de luchadores por esta casa. La simplicidad de una memoria fiel a sí misma. Pobre, simple, eterna, auténtica. Una raiz de árbol que sustenta una casa .
Al llegar al fresco jardín salvaje y ante los muros desvaídos de tanto sol de nuestra casa regresamos a lo que somos, invitados por el poeta década tras década.
Y es una fiesta de intensa emoción y alegría unirnos a la tierra fértil, a la fuerza de los versos, a los pájaros que llegan y a la estrella Sirio arriba, velando para que toda muerte no sea sino un camino en el campo de la noche, del perro aún presente, hacia la vida.
La sencilla eternidad de una vida dedicada a la poesía. La historia pasada que mueve a una multitud de luchadores por esta casa. La simplicidad de una memoria fiel a sí misma. Pobre, simple, eterna, auténtica. Una raiz de árbol que sustenta una casa .
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