ADMINISTRACIÓN DE LA CIENCIA, MÁS BASURA TODAVÍA



Nos llega ayer la publicación de un Documento realizado por el Ministerio de Sanidad, Igualdad y Política Social, en el que se pretende aclarar el campo de las terapias y medicinas no reguladas por el campo médico convencional. Este documento  realiza un listado de lo que llaman "terapias naturales" donde mezclan de una manera estrambótica terapias psicológicas como la psicoterapia integrativa o la terapia gestalt, con la angelología, las flores de Bach o el Reiki. No solamente eso. También aparecen, entre estas "terapias naturales", el Yoga y la meditación, y muchas terapias psicológicas cognitivas de gran importancia. Pero lo grave es que el documento, que es una auténtica basura en su composición, incoherente con su propio contenido, y parcial, establece que estas terapias pueden ser quizás confortables y agradables, pero  muestran muy escasa capacidad de curación, y además, indican con sospechosa severidad en la Introducción y en las Conclusiones del Informe, de este oráculo científico del siglo XVIII, que pueden causar serios perjuicios al individuo. Desde luego, Pedro Duque el ministro listo, de Universidades, se ha lucido -de nuevo- en esta intervención estelar, presentando el documento.

Y es que la primera barbaridad es considerar desde un enfoque cientificista, asociado a la administración científica actual, un chorro de actividades que van de la quiropráctica al análisis transaccional. Generar un saco de "todo lo que no es ciencia" da una idea de en qué centuria se sitúa el Ministerio de Sanidad y el de Ciencia y Universidades. Desde luego, mucho antes de Schrödinger, mucho antes de Einstein, de Poincaré o de Piaget: todos los grandes científicos del siglo XX apreciaron y dieron su lugar a los conocimientos que, sin seguir el patrón de la ciencia positiva, resultan útiles, inexplicablemente si se quiere, pero útiles y sanadores. Países como Alemania así responden a esta idea abierta de la ciencia y la medicina, reconociendo a profesionales de la salud más allá de los médicos colegiados o los psicólogos experimentales y conductuales.  Pero no, España se sitúa a la vanguardia de la Ilustración en pleno siglo XXI, y pone el listón muy alto ante la posibilidad de considerar la meditación algo realmente esencial en la vida humana.¡ Valiente panda de sandios, los que han elaborado las conclusiones de este documento!

Ni más ni menos que la argumentación del Informe se zanja en la existencia de fundamento científico para medir la efectividad de las prácticas de este tipo, que además, como decimos, es un batiburrillo de ciento revuelto en el que cabe todo "lo que no es ciencia" aunque sea esencial para la humanidad, Fíjense que meten a la medicina china entera en el saco. Pues bien, la evidencia científica en la que se basan estos expertos, vete a saber salidos de qué oscuro negociado del Ministerio, es si hay publicaciones en revistas por pares, en inglés ( literalmente así figura en el documento)donde se describan experimentos y réplicas de los efectos curativos. ES decir, como Siempre en la Españeta, medimos como buenos papanatas la calidad y utilidad de las cosas por métodos altamente cuestionados en el mundo entero, como son las publicaciones científicas, asediadas hoy, como sabemos bien los académicos, por sospechas de corrupción, clientelismo, parcialidad, y degeneración absoluta. Y vamos a medir el Kundalini Yoga como pseudociencia porque no se publican ensayos en revistas en inglés con revisión doble ciega. Es de coña. Verdaderamente de coña. 

El Documento deja ver con claridad que no es tal: es una jugada de colectivos concretos, quién sabe si los médicos colegiados, quién sabe si los psicólogos conductistas, quién sabe si hasta las instituciones que subsidian a las revistas científicas, o sencillamente los palurdos contratados para generar esas Comisiones reducidas, con amplia representación autonómica, y esas Agencias de Evaluación de sombríos consejos, que han elaborado una especie de Indice de la Inquisición Sanitaria donde se mete todo lo que no les parece científico, que es muchísimo, y cuyos beneficios tanto han servido, décadas y décadas, a todo tipo de personas. 

Lo peor es que el Documento es una especie de Nave de los Locos donde se recoge cómo en los principales países europeos y en Estados Unidos estas diferentes profesiones y técnicas no son en absoluto objeto de persecución ni de censura como se hace en este insigne Informe españolete: ni más ni menos que Alemania, Bélgica o Suiza subvencionan los tratamientos y los acogen en su sistema sanitario. Y aún, el redactor de esta bazofia cientificista, se permite poner algunos ejemplos de lo perjudicial que puede ser la acupuntura o el masaje quiropráctico, con casos en los que se ha producido un sangrado o una fractura. El documento, como pieza de humor, no tiene desperdicio.

Y nos reiríamos si no fuera porque esta pieza es eje de dos perjuicios inmensos: uno, a técnicas psicoanalíticas, cognitivistas, o a actividades de comunicación intrapersonal que son vitales. El Informe puede ser la primera pieza para erradicar de universidades o colegios y asociaciones la práctica de muchas de estas técnicas. Ese es un gran perjuicio que debería movernos a pedir la retirada de esta porquería. El segundo y grave perjuicio es que, de nuevo, volvemos a tragarnos las ruedas de molino de la Administración de la Ciencia Corrupta que hoy domina las publicaciones, las agencias evaluadoras de la calidad científica y los criterios de calidad científica en general, de manera que en vez de recurrir a la opinión de los científicos y a los estudios científicos directos, se evalúa la calidad de la ciencia por las publicaciones de un sistema mercantilizado, sesgado y podrido por el dinero, además de injusto geopolíticamente e infiel al desarrollo real de la ciencia.

Que los científicos tengamos que aguantar que se desautorice un conocimiento o una técnica porque no aparece en publicaciones anglosajonas privatizadas y comerciales es una auténtica basura. Y que los profesionales del bienestar y la salud tengan que ver que los únicos autorizados a ejercer son los médicos, cuando sabemos que la medicina, como todas las ciencias y actividades humanas, es imprecisa e inexacta, se mueve a ciegas y a tientas, y no puede convertirse en el santuario de la verdad, es una vergüenza en pleno siglo XXI.  Ningún verdadero médico se considerará en posesión exclusiva de la ciencia. Y me es lo mismo que se condene por igual a los hipnotistas que a los psicoterapeutas de Constelaciones Familiares. Lo grave es que se considere que ciencia sólo hay una, con criterios tan catetos, cien años después de Werner Heisemberg y de Santiago Ramón y Cajal.

Comentarios

  1. Tienes toda la razón, Eva. En el prólogo de un libro de un amigo sobre una amiga, que como japonesa tiene trato habitual con los espíritus (https://www.amazon.com/historia-Keiko-Spanish-Jos%C3%A9-Yuste/dp/8494697455), decía yo algo así como que las explicaciones de las cosas son modelos y la ciencia no debería descartar un modelo tradicional mientras no tenga una alternativa que asegure *todos* sus efectos, propiedades, ventajas... Precisamente el verano pasado estuve teniendo noticia de muchos curanderos que eran gente maravillosa y muy eficaz. La tía Alforjas, de la que cualquiera de Colmenar Viejo ha oído habla y que curaba problemas de tendones con sus manos. La Brígida de Nieva, el pueblo de mi suegra en Segovia, que curaba quemaduras (en la Paz alucinaron cuando un día mi hija llegó con el pecho quemado -se le cayó la sopa caliente encima y decían que cicatrices le quedarían- y al día siguiente dictaminaron que sencillamente estaba curada). En fin, todos sabemos que el método científico es mejor que cualquier otra cosa, pero lo que no se entiende es por qué no se empela ese método precisamente para determinar por qué funcionan muchas terapias alternativas, en lugar de denostarlas o (barbaridad de las barbaridades) prohibirlas. Dicen: funcionan como lo hace un placebo y se quedan tan panchos, sin llevarse las manos a la cabeza ante el prodigio que es que funcione un placebo... Me animas a escribir una entrada para un Blog que pensaba empezar. ¡Voy a ver si lo hago!

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  2. Eso es, anímate!!! estamos totalmente de acuerdo

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  3. Bueno, ¡ya lo hice! Aquí está el link: https://multafacere.blogspot.com/

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