ALUMNOS PAPAFRITA






Un alumno mío ha colocado en un célebre portal de frases chocantes o irrisorias de profesores, una expresión que usé el otro día, presentando mi asignatura. Le dije a la gente de la clase, que, analizando qué es la información, podíamos concluir que en las manos de los alumnos, futuros profesionales de la información, estaba el poder de cambiar el universo.




Al alumno la frase le pareció extraña, chocante o ridícula. Así le va el pelo al periodismo en el mundo entero. Cada vez tenemos menos periodistas y más correveidíles a los que asombra pensar que puedan tener un poder especial al manejar la información. Abunda, me parece, el que quiere ejercer la comunicación de masas en un estilo borrego burocratizado, que solamente recoge frases a medias de los demás, o estupideces, y que se hace eco de todas las alarmas sociales, bulos e insensateces, para cobrar su sueldecito a fin de mes.




Al final el periodismo lo tiene que ejercer una monja médico catalana, cuyos vídeos están colgados en You tube y que ha sido la única española en informar adecuadamente de lo que está pasando con la gripe A. Y mientras tanto, en las facultades y en el ejercicio profesional, estamos rodeados de periodistas chorres creando un mundo pacato, infantil, violento y borreguil. Por eso les asusta lo de tener poder para cambiar el universo. Ellos, a piñón fijo, en el mundo del papafrita.








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