SINTONÍAS








Una vez que se acepta que las personas somos conjuntos de ondas emitidas a cierta frecuencia, en torno a unos centros fundamentales, se entiende mucho mejor lo que es la comunicación con el entorno. Si todos los seres que existen suponen conjuntos de ondas emisoras de frecuencias, la interacción entre unos y otros produce mayores longitudes e intensidades de ondas, lo que, en definitiva, lleva a la conformación del universo en su totalidad.




Si vemos a las distintas formas de vida como ondas de emisión en determinadas frecuencias, y no como cuerpos físicos estáticos o dotados de un dinamismo opcional, tendremos una idea mucho más exacta de lo que ocurre cuando se topan dos seres en la vida. Además nos veremos libres de las formas como señales fundamentales de la existencia, y nos basaremos más en la energía y su interacción.




Claro que esto implica que el rostro de una persona, en realidad, es algo parecido a esa imagen del principio....
Felices Delta....


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