UNO PARA TODOS, TODOS PARA UNO



A veces te das cuenta de que la comunicación ama la irregularidad. Todos los años paso a cientos de personas una serie de claves que dan paso al mundo de la inteligencia y la creación. De cientos de procesos de comunicación, solamente uno o dos llegan a un destinatario capacitado para valorar esas llaves.


Ahora bien, cuando a esa persona determinada le llega la clave que yo tengo que transmitir, es una auténtica revolución, porque ese fenómeno es lo más poderoso que hay, entre la energía que nos rodea: entre cientos de procesos erróneos, la comunicación auténtica va a causar miles de efectos, a lo largo de la vida de quienes, en minoría, participan en ella...


Todo el estúpido idealismo de la comunicación de masas destinada a todos, y que produce efectos colectivos allanando diferencias y elevando a la humanidad, es puro interés económico, lo único que se busca es forrarse. La comunicación siempre ha sido mucho más humilde, y mucho más grande también. Persona a persona, por extraños caminos, sin garantía de ningún tipo. Pero cuando salta su chispa, cambia el mundo entero.

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